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Descubrir tesoros escondidos


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Metzorá


Rabino Eliezer Shemtov


En la lectura de Metzorá [1] leemos la declaración de “Cuando lleguen a la tierra de Canaán que Yo les doy como heredad, daré la aflicción de Tzaraat en la casa de su heredad. [2]” Rashi comenta: el hecho que les vendrá la aflicción de Tzaraat es una buena noticia para ellos dado que los amoritas escondieron tesoros de oro en las paredes de sus casas durante todos los cuarenta años que los israelitas estuvieron en el desierto y por la aflicción [de Tzaraat] demuele la casa y los encuentra.


Hace falta entender:


  1. ¿Por qué enfatiza Rashi que se trata de amoritas si el texto habla de la tierra de Canaán?

  2. ¿Cómo sabe Rashi que los amoritas escondían los tesoros durante los 40 años que los israelitas demoraban en el desierto y no más cerca de su llegada a conquistar la tierra?[3]


Explicación:


Encontramos anteriormente que los amoritas fueron destacados entre las naciones de Canaán. 


En el Pacto entre las Partes [4], Di-s le promete la Tierra de Canaan a Abraham diciendo: “La cuarta generación [de sus descendientes] volverá [luego de su esclavitud] aquí [a la tierra de Canaan] porque hasta entonces no se habrá completado el pecado de los amoritas [que amerite su expulsión] [5].” Aunque después Di-s nombra diez naciones que serán conquistadas por sus descendientes, siendo los amoritas solo una de ellas, vincula la fecha de retorno de los israelitas con la compleción del pecado justo de los amoritas.


Es por eso que Rashi dice que fueron los amoritas quienes escondieron sus tesoros de oro en las paredes de su casas apenas salieron los judíos de egipto, ya que se trataba de la cuarta generación de los descendientes de Abraham, destinada a conquistar la tierra y expulsar a los habitantes en cualquier momento.


¿Por qué escondieron su oro?


Esconder el oro dentro de las paredes tiene una doble función: impedir que los conquistadores lo encuentren; recuperarlo el día que vuelvan. ¿Por qué pensaron que volverían algún día? Según Rashi, la misma razón por la conquista israelita —que se “llenó la cuenta” del pecado de los amoritas—  les dio lugar a pensar que algún día se llenará la cuenta del pecado de los israelitas y perderán su mérito para vivir en la tierra y los amoritas volverían y entonces recuperarían sus tesoros escondidos.


Surge la pregunta: ¿por qué es que en el relato del Pacto entre las Partes se hace mención únicamente del pecado de los amoritas, si fue la tierra de todas las siete (diez) naciones la que fue prometida a los descendientes de Abraham? 


La respuesta: no todas las naciones perdieron sus derechos para con la tierra de Canaán al mismo tiempo. Los Amoritas “llenaron la cuenta” antes de las demás naciones. De hecho, fueron Og, rey de Bashán y Sijón, rey de los Amoritas del ribero oriental del río Jordán quienes cayeron primeros ante Moisés. Las demás naciones fueron conquistadas, más adelante, por medio de Josué y desterradas luego de su fallecimiento. 


Una dimensión mística


La palabra Emorí (—Amorita—) está relacionada etimológicamente con la palabra “amira”, dicho. En el contexto de los pueblos que habitaban la tierra de Canaán, cada uno representando una característica negativa diferente, “Emorí” se refiere al mal uso del poder de la comunicación. De hecho, la aflicción de Tzaraat venía como consecuencia del desaprovechamiento del habla. “Conquistar” a la actitud y comportamiento amoritas implica descubrir los profundos tesoros del alma —ideas y sentimientos— a los cuales uno accede únicamente por medio del buen aprovechamiento del habla [6].   


Síntesis de Likutei Sijot Vol. 32, págs. 91-98. 


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  1. Levítico 14:1 - 15:33

  2. Ibid. 14:34

  3. En el Midrash Vaikrá Rabá 17:6 dice que efectivamente los cananitas escondieron su riqueza al enterarse que los israelitas estaban por entrar a conquistar la tierra. El Rebe señala muchas diferencias entre el comentario de Rashi y el Midrash sobre el texto y las analiza.

  4. Génesis 15:1-21

  5. Ibid. 15:16

  6. El Rebe cita fuentes jasídicas que explican que el habla sirve no solo para comunicar ideas y sentimientos ya existentes; sirve también para despertar nuevas ideas y sentimientos. Por eso se aconseja que uno no hable cuando está enojado, ya que cuando uno habla mientras está enojado, su enojo se aviva más aún. 

 

 
 
 

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