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El arte de tejer (con) líneas paralelas


Gracias, Ianai, por transformar el monólogo de mi editorial de la Revista Késher No. 82 en diálogo por medio de tu editorial en TuMeser, y gracias por compartir generosamente lo que valoras de mis aportes.


Si bien no se pueden tejer dos líneas paralelas en el sentido literal de la palabra (pshat), sí se necesitan líneas paralelas de la trama y la urdimbre para poder formar tela —tejer— en el telar. Así que en este sentido te doy la razón; no se pueden tejer dos líneas paralelas, si bien no se puede tejer con un telar sin tener (por lo menos) dos líneas paralelas. El título debería decir, entonces: "El arte de tejer con líneas paralelas". De acuerdo al “midrash” RAE, no obstante, “tejer” incluye también la acepción de “componer, ordenar y colocar con método y disposición algo.” Según esto bien se puede hablar de “tejer”, o sea componer y ordenar líneas paralelas.


Un buen ejemplo de ”tejer” líneas paralelas en este sentido sería formar un cuadrado o un cubo. Es imposible formarlos sin líneas paralelas. Las líneas no dejan de ser paralelas, pero al formar parte de algo más grande, dejan de ser meramente dos entidades que nunca se cruzan ni convergen para transformarse en dos entidades complementarias hasta interdependientes por medio de las cuales es posible formar un cuadrado bidimensional o un cubo tridimensional.


Cuando yo hablo de una verdad “absoluta” que trasciende las verdades “únicas” que por definición excluyen a otras “verdades únicas”, no estoy adjudicando el status de “absoluta” a mi verdad “única”. Sería una contradicción. Sí estoy invitando con esto a cada uno que piensa diferente a mi a potenciar cada uno a su verdad “única”, al formar parte de la verdad “absoluta”. Al unirnos ambos —todos— bajo la égida de una y la misma verdad trascendente, “absoluta”, por ser “absoluta” tenemos ahí todos nuestro lugar (si no, no sería “absoluta”, sino relativa) y nuestras verdades adquieren todas un valor agregado.


Ahora, bien. ¿Acaso existe una verdad “absoluta” con la cual cada individuo con sus características únicas —sin excepción— puede identificarse?


Creo que si. Empecemos por buscarla. A mi entender, una característica de la verdad “absoluta” es que no hace falta imponerla; alcanza con exponerla. Si realmente es “absoluta”, cada uno debería reconocerla como tal y como “suyo”. Si uno cree haberla encontrado y la expone y es rechazada puede ser que no se trata de la verdad absoluta o bien puede ser que no se explicó y/o no se entendió correctamente. Hay que seguir intentando.


Decis que siempre termino invitando a conocer las enseñanzas del Rebe. De acuerdo. I am guilty as charged. La razón es porque creo que es ahí donde uno puede aproximarse a esa verdad elusiva, o por lo menos liberarse de las “verdades” más subjetivas y excluyentes a las cuales uno se ha acostumbrado.


¿Seré soberbio? Puede ser, pero no por querer compartir e invitar a explorar juntos algo que puede ser útil para el otro y quizás hasta para la sociedad más amplia.


Además, es muy posible que el que acepte la invitación termine encontrando mucho más profundidad y riqueza que las que yo he encontrado hasta ahora. Sería un gran logro y saldré yo doblemente beneficiado en ese caso…


La invitación sigue abierta.


Shaná tová umetuká


Abrazo,


Eliezer

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